Errores comunes al cargar un vehículo eléctrico en casa

Errores comunes al cargar un vehículo eléctrico en casa

Cargar un coche eléctrico en casa es una de las grandes ventajas de tener este tipo de vehículo, ya que nos permite olvidarnos de las gasolineras y ahorrar tiempo y dinero. Sin embargo, no todo es tan sencillo como enchufar el coche a la primera toma de corriente que encontremos. Muchas personas cometen errores frecuentes al cargar su vehículo eléctrico en casa, lo que puede afectar tanto a la seguridad como a la vida útil de la batería o incluso al consumo eléctrico del hogar. En este artículo repasamos cuáles son los fallos más habituales y cómo evitarlos para que la experiencia de cargar tu coche eléctrico sea siempre segura y eficiente.

Instalar un punto de carga sin asesoramiento profesional

Uno de los errores más extendidos es instalar el punto de recarga sin consultar con un profesional cualificado. Aunque a simple vista pueda parecer sencillo, la instalación de un cargador para vehículo eléctrico necesita un estudio previo de la instalación eléctrica de la vivienda. Un instalador autorizado evaluará la potencia contratada, el estado del cuadro eléctrico y la mejor ubicación para el cargador, evitando así sobrecargas o problemas de seguridad. Saltarse este paso puede derivar en averías eléctricas y riesgos innecesarios.

Usar enchufes convencionales de manera prolongada

En ocasiones, por desconocimiento o por evitar la inversión inicial, se opta por cargar el vehículo directamente en un enchufe convencional (Schuko). Aunque los fabricantes suelen incluir un cable de emergencia para estos casos, este sistema no está diseñado para soportar cargas prolongadas y puede generar sobrecalentamientos. Además, la carga será mucho más lenta y menos eficiente. Lo más recomendable es instalar un punto de carga específico (Wallbox) con sus propias protecciones y cableado adecuado.

No adaptar la potencia contratada al uso del vehículo eléctrico

Otro fallo común es no ajustar la potencia eléctrica contratada a las necesidades del coche eléctrico. Si la potencia es insuficiente, al enchufar el vehículo y utilizar otros electrodomésticos al mismo tiempo, es probable que salten los plomos y se corte la luz. Conviene revisar el consumo habitual del hogar y, en caso necesario, aumentar la potencia para evitar estos inconvenientes. Algunos cargadores inteligentes permiten programar la carga en las horas de menor consumo, lo que ayuda a optimizar el uso de la red eléctrica.

No aprovechar las tarifas eléctricas más económicas

Muchos usuarios desconocen que existen tarifas eléctricas especialmente pensadas para la carga de vehículos eléctricos, con precios más bajos durante la noche o en determinadas franjas horarias. Si siempre cargas el coche en las horas más caras, la factura eléctrica puede dispararse. Infórmate sobre las tarifas de discriminación horaria y ajusta la programación de la carga para ahorrar mes a mes.

Olvidar el mantenimiento del punto de recarga

Al igual que cualquier aparato eléctrico, el punto de carga necesita un mantenimiento mínimo para funcionar correctamente. Revisar periódicamente el estado de los cables, conectores y protecciones es fundamental para evitar fallos y garantizar la máxima seguridad. No está de más realizar una inspección anual por parte de un técnico, sobre todo si notas algún comportamiento extraño durante la recarga, como calentamiento excesivo o desconexiones inesperadas.

Desconocer la capacidad real de la batería y el cargador

Algunos propietarios no tienen claro cuánta energía puede absorber su coche ni cuál es la potencia máxima del cargador instalado. Esto puede llevar a frustraciones por tiempos de carga más largos de lo esperado o a exigir al sistema eléctrico más de lo que puede soportar. Consulta siempre las especificaciones del vehículo y del punto de carga, y no intentes forzar una carga más rápida si tu coche o tu instalación no están preparados para ello.

Ignorar las recomendaciones del fabricante

Cada coche eléctrico tiene sus propias recomendaciones de carga. Es importante leer el manual del fabricante y seguir sus indicaciones, tanto en el tipo de cargador como en los ciclos completos o parciales de carga. Algunos modelos aconsejan no dejar la batería siempre al 100% o recomiendan realizar cargas lentas para prolongar la vida útil de la batería. Saltarse estos consejos puede afectar negativamente al rendimiento del coche a largo plazo.

No tener en cuenta la seguridad en el entorno de carga

El lugar donde se instala el punto de carga también influye en la seguridad. Es un error habitual colocar el cargador en zonas húmedas, expuestas a la lluvia o cerca de materiales inflamables. Asegúrate de que el espacio esté bien ventilado, protegido de las inclemencias del tiempo y libre de obstáculos. Además, nunca uses cables alargadores ni adaptadores improvisados para llegar al coche, ya que pueden provocar sobrecalentamientos y cortocircuitos.

Descuidar la protección contra sobretensiones

Las subidas de tensión pueden dañar tanto el cargador como la batería del coche. Es fundamental que la instalación cuente con protecciones contra sobretensiones y diferenciales específicos para vehículos eléctricos. Un profesional sabrá incorporar estos elementos durante la instalación y así evitarás sustos innecesarios.

Dejar el coche enchufado sin necesidad

Por comodidad, algunas personas dejan el coche conectado al cargador durante días, incluso cuando la batería ya está cargada. Esta práctica puede no ser recomendable dependiendo del modelo de coche y del tipo de batería. Consulta las recomendaciones del fabricante y, en la medida de lo posible, desconecta el vehículo una vez completada la carga o programa el cargador para que se apague automáticamente.

En definitiva, cargar un vehículo eléctrico en casa puede ser una experiencia cómoda y segura si se evitan estos errores habituales. Contar con asesoramiento profesional, instalar un punto de carga adecuado y mantener ciertos hábitos responsables es clave para disfrutar al máximo de todas las ventajas de la movilidad eléctrica sin sobresaltos ni imprevistos.

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